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martes, 9 de agosto de 2016

Chiquillos malcriados.



He tenido un sueño.


Imagínense lo siguiente….


“¡Buenas noches!, ¡Hoy han venido a divertirse al Hormiguero Albert Rivera, Pedro Sánchez, Mariano Rajoy y Pablo Iglesias!".
Aplausos, gritos, aclamaciones.., y cuatro personajes que entran al plató saludando con la mano en alto y risas en la cara como si fueran a dar un concierto en un estadio repleto de fans.

Así comenzaría el alegato de Pablo Motos en una edición especial de su conocido programa nocturno.
Y lo normal sería que, esos cuatro invitados se sentaran a su mesa para, como si no hubiera pasado nada, echar unas risas y dejar patente lo buen coleguitas que son entre ellos, con más o menos gracia, con más o menos postureo, pero coleguitas al fin y al cabo.

Pero imagínense que en esa edición especial, el Motos, en su idea constante querer innovar su fórmula, comete el “error” de solicitar a alguien del público que se convierta en portavoz y que le plantee a los invitados preguntas a modo de una especie de “entrevista”.

Y pongamos que me toca…, así que…, vamos al tajo.

Hechas las presentaciones, que mis padres me enseñaron a ser educado ante todo, la entrevista podría comenzar así.

Buenas noches caballeros. Me gustaría pedirles solo tres cosas.
La primera, que escuchen y atiendan lo que tengo que decirles, y si tienen algo que objetar, háganlo al final que yo con gusto seguro que sí les escucharé y atenderé dejándoles que se expresen.

La segunda, permítanme decirles algo que no se si les alcanzará a sus prodigiosas y privilegiadas mentes, pero lo voy a intentar.
¿Saben ustedes lo que significa la palabra Inútil?. Tranquilos, no intenten responder, no les voy a hacer pasar el mal trago de decir cualquier improperio y que después se conviertan en protagonistas una vez más del ridículo televisivo en los programas de zapping y similares.
Inútil significa “No Útil”. ¿van entendiendo?.
“Que no trae o produce provecho, comodidad, fruto o interés. Que no puede servir ni aprovecharse en alguna línea.”
Dicho esto, aquí ya podría acabar esta entrevista e irme para casa, porque las evidencias son muchas y notorias. Pero no me voy a quedar con las ganas de decirles algo.
¡Son ustedes unos chiquillos malcriados!., que no tienen respeto alguno por los miles de ciudadanos que les han votado. Si de mí dependiera les daba a cada uno dos buenos bofetones (que no bofetadas) en todo el carrillo que les haría aterrizar sus "membas" en la mesa. Cogería a cada uno por una oreja aplicando un torniquete de 180 grados y le daría un paseo, sin soltarla, por parte de esa “patria” que a ustedes tanto parece que les preocupa a ver si son capaces de ver lo que hasta ahora no han visto. Ya de regreso, les aplicaría una buena dosis de la técnica de la “chola”. Por si su vasto bagaje de conocimientos no alcanza a entender este término, les diré que la “chola” no es más una chancla o zapatilla tipo playa, que eso sí lo deben conocer, pero es una herramienta que usada de forma diestra (y zurda también) es un arma muy convincente. La aplicación de la técnica consiste, básicamente, en que me quito la chola y les doy tremenda somanta de cholazos en el culo, sin pausa y con energía, hasta que me duela la mano, o la chola no resista.
Cuando haya terminado, tendrán tal molienda encima que no van a cagar duro en un mes.
Y como premio, finalmente los pondría a los cuatro, de rodillas en el suelo, con las manos en cruz y cada uno con un ejemplar tamaño extra-grande de la edición de lujo en caligrafía castellana del Quijote en una mano y un ejemplar también tamaño extra-grande de una edición de lujo, comentada, de la Constitución en la otra, no permitiendo que se levantaran hasta que entre los cuatro firmaran un acuerdo por consenso de eso que ustedes llaman “gobernabilidad” de nuestro país, nuestra patria, esa que antes decían que era “una grande y libre”, y que ahora se ha convertido en “52 pequeñas y cabreadas”, básicamente por personajes como ustedes que son incapaces de ver más allá de su propio círculo.
(¿se imaginan esa imagen? ¡no tiene precio!)
De una manera u otra todos ustedes saben cuáles son los problemas de España a los que hay que dar solución, estamos hartos de oírlo, pero también estamos hartos de que sean incapaces de decir en la práctica que proponen para corregirlo. ¡Ah!, lo que sí tienen claro es que si lo propone su vecino, por defecto hay que decir que no.
¿No son capaces de ponerse de acuerdo entre ustedes y pretenden vendernos que van a ser capaces de ponerse de acuerdo con el resto de líderes de otros países? ¡Anda ya!.
¡Pónganse de acuerdo de una puñetera vez o váyanse p’al carajo!, que no están haciendo ningún bien.

Y lo tercero y último que les digo y pido: Han perdido la noción de cómo viven sus ciudadanos. Ustedes viven en una España que no existe, se la han creado a golpe de discurso mediático conveniente. Tanto han adornado sus palabras que ya no saben lo que dicen y se han terminado creyendo sus propias mentiras.
Pónganse en lugar de sus ciudadanos y piensen como ellos. Hagan un favor a este país y trabajen de una vez en lo que realmente nos interesa a todos, que no es ser más famoso o tener más minutos de audiencia, sino hacer que nuestro país sea un sitio digno y decente en el que vivir y desarrollarnos como personas.
Déjense de postureos baratos si no quieren que la chola vuele y aterrice en sus traseros (y la chola se puede manifestar de muchas maneras).


Dicho esto, y dando por sentado que se hubiera dado el excepcional comportamiento de no interrumpir, cosa que dudo, y aparte de acusarme de maltratador y algo más, planteo cuatro posturas de los invitados frente a lo comentado, que básicamente no difieren mucho más de la que siempre han mantenido.

El Sr. Rajoy seguramente adoptará la posición de “conmigo no va esto”, el está por encima de cualquier comentario, y probablemente un “mire usted, somos el partido más votado y tenemos que ser los que gobiernen este país”, se pasearía de nuevo por el plató.

El Sr. Rivera seguramente iniciaría su réplica con una estudiadísima mirada dirigida al tablón de la mesa para inmediatamente levantar la mirada y hacer un barrido al público acompañado de su media sonrisa mientras diría algo así como “nosotros estamos siempre en disposición de encontrar la mejor solución, siempre lo hemos dicho, pero no a cualquier precio” (yo me pregunto ¿cuál es ese precio y quien lo fija?)

El Sr. Sánchez, el eterno cabreado, con una mano (o ambas)  extendida sobre la mesa, un giro de su cabeza ligeramente hacia el lado izquierdo y su cara con facciones más que preparadas de pose de haber sido engañado optaría por un “nosotros entendemos que no podemos seguir con un gobierno como el que hasta ahora hemos tenido, este país necesita un cambio de gobernante, y nuestro partido es la opción clara de un giro a la izquierda, que es la única vía posible, y por tanto no vemos otra alternativa”.

Y para finalizar, el Sr. Iglesias adoptaría nuevamente su postura de yo pasaba por aquí vi luz y entré porque mi luz es mejor, con una argumentación que podría ser “el pueblo es quien tiene la soberanía máxima, y el pueblo exige un cambio radical, nosotros somos la fuerza que este país necesita para salir de un atolladero en el que otros nos han dejado, porque somos los únicos que vemos las cosas desde la naturalidad y el conocimiento”.


A todo esto, entra el Hombre de Negro que intenta hacer uno de sus números espectaculares. Coge un cubo lleno de agua, lo lanza al aire, y nos da en toda la cara, como una ducha de agua fría, sacándonos de esta reflexión y devolviéndonos a nuestra realidad. Esa misma que sigue estando sin gobernar, o gobernada por personajes de media sonrisa.