Imagínense que un día cualquiera por la mañana
encienden la televisión, y justo en ese momento un grafismo muy cuidado y
estudiado anuncia el comienzo de un nuevo programa:
“La Vida es Sabia” podría ser perfectamente su nombre. Después de
los créditos les saluda un presentador, alto, bien puesto, elegante, con una
mirada expectante que invita a seguirle y que después de darles los buenos días
y la bienvenida al nuevo programa con unos modales exquisitos y una dialéctica
llana pero muy cuidada, les invita a pasar a su casa para entretenerse viendo y
aprendiendo con lo que la vida nos regala cada día. Así inician un viaje por
muchos rincones del saber, del estar, del conocer, del disfrutar…, del vivir…,
y pasadas 2 horas, aunque en realidad han parecido 15 minutos, el mismo
presentador que les ha acompañado todo el rato, se despide de ustedes
dejándoles con ganas de volver a verle y de seguir viendo y disfrutando a
través de su manera de hacer y ver las cosas.
Algo así alegraría nuestras mañanas.
Algo así tuve el inmenso placer de disfrutar
hace algunos días. Les cuento el programa íntegro, sin cortes.
Sábado 4 de Abril, en plena Semana Santa 2015. Mientras
espero a mi protagonista estoy mirando hacia el parque de San Telmo, a través
de la cristalera del hall del Hotel Parque, un hotel renovado con un aire muy
coqueto y acogedor. Veo que la ciudad está anormalmente dormida respecto de un
sábado normal: son las secuelas de un fin de semana vacacional.
Adolfo llega como siempre lo he visto, activo,
dinámico y seguro. Nos saludamos y pasamos a la cafetería. Mientras nos
preparamos para iniciar nuestra particular charla me sorprendo de lo acogedora
que resulta esa pequeña cafetería. Decorada con muchos cuadros y fotografías de
Las Palmas de Gran Canaria, con un gran mural al fondo presidiendo todo el
espacio junto a un gran sofá, y mirando, por supuesto, también hacia el parque
de San Telmo. Escogemos esa zona para sentarnos.
Parece que el tiempo no ha cambiado, te
transporta a un ambiente intelectual, de tranquilidad y de reflexión. Hoy está
vacía, pero, sinceramente, no lo parece. ¡Tengo que venir más!, me digo.
Adolfo, fiel a su saber ser y estar, ha hecho
todo un ritual mágico y a la vez natural y espontáneo, quedando magistralmente sentado en el sofá. Nada ha
dejado al azar. Todo forma parte de su ser. Un “click” delata que ha quedado capturado
en un fotograma.
Y comienza un paseo muy gratificante por un
sinfín de inquietudes y reflexiones que sin duda dan muestra de una persona con
los pies en la tierra, con la mente en el cielo y con el corazón entregado. Tal
cual.
Te conozco en varios registros, el Adolfo
docente, el Adolfo dicharachero, el Adolfo “living la vida loca”, el Adolfo showman…
¿cuál es Adolfo en realidad?
Pues ninguno de ellos. Actúo de una forma u
otra dependiendo del medio en el que me encuentre. Soy un gran tímido, y la
gente no se lo cree cuando se lo digo. Lo que ocurre es que me vengo arriba
cuando necesito conseguir retos personales y profesionales. Soy muy tímido,
bastante sencillo y soy muy feliz con muy pocas cosas.
¿En cuál te sientes más cómodo?
Soy una especie de camaleón, me adapto a las
circunstancias, ya sea serio, distendido o reivindicativo. Me siento cómodo
dependiendo del momento y de las personas con las que me encuentro.
Si tuvieras que definirte en tres palabras
Luchador, elegante y solidario.
¿Qué es la elegancia para ti?
No sé lo que es la elegancia. Me lo he tenido
que creer porque mucha gente me lo dice, y de diferentes estratos sociales e
incluso sectores de la sociedad. Tuve una tía-abuela que era muy elegante,
cuidaba mucho su imagen, iba a la peluquería con bastante frecuencia, y aunque
era de “pocos posibles” seguía siendo elegante. Había complementos que sabía
llevar y muy bien, usaba un carmín determinado siempre. Yo me he alimenté mucho
de ella. Si tú me ves con un pantalón,
una camiseta y unas cholas, créeme que esa camiseta la he estudiado para
ponérmela con ese pantalón y esas cholas. Es mi actitud, en la forma de
sentarme, de ser, no es nada estudiado sino intrínseco, y por eso me considero
elegante.
¿Cuál sería tu modelo de elegancia en una
mujer?
Sin duda alguna, Isabel Preysler. Es algo que
roza el cielo con las manos. Una mujer que siempre cuida todo, el pelo, el
maquillaje y los complementos. Hasta cuando murió su marido hace poco vi una
viuda elegante, sofisticada, en la forma de andar, de hablar, de acercarse a la
prensa a darles las gracias, etcétera. Es un ejemplo a seguir.
¿Y en un hombre?
Me lo pones muy complicado. Los hombres en
general pueden vestir bien o mal pero no son elegantes, desde mi punto de vista.
Posiblemente un estilismo muy cuidado en cuanto a elegancia se refiere, es
Boris Izaguirre. Un hombre que cuando lo conocí en televisión me horrorizaba
con aquellos calcetines de lunares y colores escandalosos, pero que luego
entendí que en sí mismo tenía un equilibrio de color en su vestimenta y lo rompía
con esos calcetines. Además, escribió Morir
de Glamour, un ensayo maravilloso con el que me divertí muchísimo cuando lo
leí.
¿Crees que la elegancia está reñida con el
poder adquisitivo de la persona?
No. En absoluto. Además hay unas tiendas que
hoy en día se llamarían “low cost” ,pero que no lo son, porque tienen más años
que yo, las conocemos todos en Las Palmas, que tienen ropa de buena calidad y buen
precio.
El ser elegante no está reñido con tener dinero
o comprar cosas de marca. De hecho, hoy mismo tengo puesta una camisa de firma
con unos zapatos “low cost”, y me encanta la combinación.
¿Sacrificarías la comodidad por la elegancia?
Depende de a dónde vaya a ir. Si voy al cine
voy a anteponer la comodidad a la elegancia. Si voy a presentar un acto voy a
anteponer la elegancia a la comodidad. Sería capaz de fastidiarme los pies por
ponerme unos zapatos que me gustaran mucho si la ocasión lo requiere ( risas).
¿Y en un asadero?
Iría cómodo y no primaría la elegancia, pero sí
estudiaría mi estilismo. Si no, no sería yo. Hasta para dormir.
Fíjate, antes tenía una filosofía de señora
mayor: esta ropa es para tal ocasión, esta otra ropa es para cuando esté en el
hotel “tal”. Ahora estoy en una etapa de valorar las cosas para el aquí y
ahora. Voy a disfrutar para mí. Es algo que creo que debiéramos hacer todos. Hacer las cosas
primero para uno mismo, después para la persona que tienes al lado (pareja), y
luego familia, amigos, etcétera y todo lo que conlleva.
Si no estoy bien conmigo mismo es probable que
no sepa ayudar a los demás. Tienes que tener un equilibrio contigo mismo.
Hablas de elegancia y se te llena la boca
cuando lo haces. Se ve que disfrutas con ello. Ya que estamos hablando de
elegancia, y para ti, que tienes una opinión muy personal de lo que significa
maquillar ¿cuánto tiene que ver en la elegancia el maquillar una persona?, ¿cómo
va en consonancia o no tiene nada que ver?
Si hablamos del momento en que una señora se
sienta en un sillón y va a ser maquillada, ese maquillaje va a ser elegante si
el maquillador ha conjugado el tono de la piel, el tono del pelo, la fisonomía
de la mujer, dónde va a ir con ese maquillaje, etcétera. Por ejemplo: en la
actualidad las sombras de ojos pueden ser brillantes, satinadas o mates. Si son
las 7.45 de la mañana, y la señora va a ir a una procesión matutina en Vegueta
no debe ir con una sombra satinada ni brillante, debe ir con una sombra mate.
Si se lo hago así, percatándome de que es de día, que va a ir a una procesión,
que es una mujer de 50 años, el maquillaje será elegante. Si el maquillador no
lo valora así, y le pone colores estridentes, o muy marcados, el maquillaje no
va a estar acorde a la situación.
Todo en la vida es elegante, tiene un factor de
elegancia: en como hablas, en como conduces, en cómo te sientas incluso a la
hora de comer, todo tiene su parte de elegancia
¿Y la elegancia en el trato a las personas?
Eso es fundamental. Soy humano y me puedes
pillar en un momento en que estoy enfadado con el mundo y es probable que pueda
tratar al “trancazo” a alguien (poco probable ¡eh!). Siendo educado y elegante
vas a conseguir muchas más cosas. Es más, siendo puñetero, si eres elegante,
conseguirás mejor las cosas.
¿Eso es venderte?
Yo trabajo para una empresa privada que es la
que me paga a final de mes, y es con la
mejor que mejor me llevo. Pero en los otros campos de mi vida, y con 34 años
que voy a cumplir ahora, yo soy mi propio producto. Si no se venderme y me
expongo, no conseguiré lo que quiero.
Permíteme el atrevimiento de lo que te voy a
decir.
Estoy encantadísimo de que me hayas invitado a
esta entrevista, y la hago por muchas razones: porque me apetece, porque me
gusta ayudar a la gente como me encantaría que me hicieran a mí si yo estuviera
en tu lugar, pero también te soy sincero, esta entrevista va a estar en las
redes sociales, puede llegar a mucha gente, es parte de mi trabajo. Si yo me
dedicara a la fontanería, a lo mejor hubiera dudado a la hora de concederte la
entrevista. Pero es parte de mí.
Esa marca “Adolfo”, ¿en qué posición de mercado
está?
Está en una posición de mercado “in crescendo”,
porque soy joven, creo que estoy en la primera etapa de mi vida profesional, y
como soy una persona con muchas inquietudes, no sé si solamente me voy a
focalizar en el mundo del maquillaje o si mi profesión va a tener ramificaciones,
comunicación e imagen. Hay muchos frentes, y estoy en un momento en que me
estoy abriendo.
No sé a dónde quiero ir todavía. Me gusta la
imagen, la moda, la comunicación, la cultura, incluso la política. Creo que soy
un tío desaprovechado en esta ciudad. Yo que me relaciono con el ambiente
de cultura y la política creo que las
personas que dirigen la política y la cultura de esta ciudad podrían aprovecharse,
en el buen sentido de la palabra, de mí, y no lo hacen. Y eso es algo que me
tiene ahí con el run run run run…. ( sonrío).
¿Y tú aprovecharte de ellos?
No. No me he aprovechado de ellos y creo que no
lo haré nunca. Prefiero que en un momento determinado me contraten para
desempeñar una labor profesional a aprovecharme de ellos porque estén en un
cargo. A lo mejor dentro de 5 años repasamos esta entrevista y me dices ¡Uy!
Metió la pata, pero en estos momentos, no. Todo en la vida sale, y si yo hoy me
aprovechara, todo se sabría.
¿Cuando crees que sabrás hacia dónde vas?
No lo sé. No lo sé.
Lo que sí sé es que necesito una base segura en
mi vida, económica. Cuando compañeros míos del sector de la comunicación han
preferido tirarse a la piscina por un proyecto o por una ilusión yo ya sabía
que les iba a salir mal. 10 años después ha ocurrido: muchos de ellos están en
el paro y desgraciadamente no saben hacer otra cosa. No saben ir a una
panadería a despachar pan, primero porque no sabe y segundo por los clichés
sociales, aquello de “fíjate el
presentador está despachando pan”. No es que yo sea un visionario, pero sí, me
percaté de ello y me dediqué a otras cosas, las relaciones públicas, la imagen
y la moda, el maquillaje. 10 años
después yo tengo una base segura económica, yo puedo seguir creciendo en el
ámbito profesional y ellos están en un escollo bastante grande.
Por eso, no sé a hacia donde voy a dirigirme,
porque en cualquier caso seguiré necesitando esa base segura económica.
¿A cualquier costa?
El otro día hablaba con una exjefa mía periodista
por un cambio político de comunicación y me decía “Adolfo, recuerda que todos tenemos un precio”. Y es verdad, todos
tenemos un precio. Afortunadamente en el caso de ella, es un precio bastante
elevado. Yo creo que todos tenemos un precio, y por supuesto yo tengo el mío.
¿Hasta dónde llegarías por ese precio?
Yo antes decía ingenuamente que dejaría de
hacer muchas cosas por amor. ¡Qué imbécil eh!, ¡Qué imbécil! Si es cierto que
soy una persona bastante romántica, no empedernido-baboso, pero si romántico, y
antes hubiese dejado de hacer muchas cosas por amor. Hoy no. Pero soy
consciente de que tengo un precio y que haría o dejaría de hacer muchas cosas
por conseguir las cosas que pululan por mi cabeza.
¿Dónde te ves dentro de 2 años?
Pues si no aparece el trabajo de mi vida creo
que viniendo a desayunar de vez en cuando al Hotel Parque, trabajando en
Giorgio Armani y haciendo pequeños proyectos que me ilusionen, que me hagan
sentir bien y que me hagan ganar dinero, por supuesto. Como decía la gran
Concha Piquer, “si no gano dinero, no me
divierto”(risas).
No quiero que parezca que soy un materialista.
He hecho muchas cosas gratis en la vida y las seguiré haciendo, porque me
apasionen, o me gusten, pero ya no me está gustando el hecho de que la gente se
vea en la obligación de tener que trabajar gratis. Por ejemplo, sobre todo en
la comunicación, o en el mundo del maquillaje, cuando me dicen “Adolfo, hay una
editorial en las dunas de Maspalomas, viene la modelo tal, viene el fotógrafo
cual y queremos que maquilles, pero no hay presupuesto para ti”. Sí es verdad,
y lo he dicho en alguna ocasión, que me salió la oportunidad de mi vida de
maquillar para la revista Hola (no
directamente, sino siempre a través de una productora que a si vez contrataba
otra productora). Era uno de mis sueños, pero es que el presupuesto era ínfimo.
Había presupuesto para todos los escalones anteriores, pero cuando llegaba a mí
,se quedaba en calderilla. Dije que no, un poco por soberbia, y estoy
arrepentido, evidentemente, porque haber firmado en la revista Hola hubiese sido maravilloso.
¿Hoy lo harías?
¿Por aquel precio? Si. Lo haría hasta gratis,
porque hay cosas en la vida que hay que hacer si o si por amor al arte.
Has dicho que dentro de dos años “si no llega
el trabajo de mi vida”, seguirás haciendo otra serie de cosas. ¿Cómo sabrás que
es el trabajo de tu vida?
Uno, porque sí ha llegado a mis manos y no lo
he aceptado. Y otro, porque yo sé cuál es y hasta ahora no me han llamado para
hacerlo.
¿Y cuál es ese trabajo?
Me encantaría presentar un magazine en la
Televisión Canaria, el típico magazine que está un poco en desuso, el de mañana
de lunes a viernes durante 2 horas en directo en el que entrevistas a un
cantante canario o conectas con La Palma porque ha habido unas lluvias
tremendas o muestras una sección de cocina. Por otro lado, ser formador de una
marca importante de cosméticos, que sí me lo han ofrecido, pero por diversas razones
no pudo ser, ya sea por el motivo económico o por otros motivos personales.
Te ves focalizado hacia el mundo de la
comunicación.
Cuando fui a una rueda de prensa de la gran
actriz Nuria Espert y dijo “yo quiero morir con las botas puestas”, pensé, ¡qué
gran estupidez!. Hoy en día me tengo que retractar, porque la entiendo. Cuando
uno ama algo tanto, cuando uno está tan lleno de satisfacción con lo que hace
yo entiendo que quiera morir con las botas puestas. Y te pongo un ejemplo de
aquí y ahora. Mary Sánchez se retira de los escenarios después de 65 años
cantando por toda Canarias y por Latinoamérica. Entiendo que con esos años se
quiera retirar, porque quiera disfrutar con su familia, pero también ha dicho
que esta es una gira de retirada, aunque va a seguir actuando cuando la llamen,
es decir, morirá con las botas puestas. Para mí la comunicación es algo que me
apasiona muchísimo y ya me encantaría que alguien me llamara algún día para
presentar ese programa de televisión.
¿Lo has propuesto?
No. Y no lo he hecho por varias razones. Porque
he visto el percal de cómo funciona la televisión en Canarias, y, de momento no
me gusta. Porque ahora mismo es una situación muy complicada. Y porque,
diciendo una frase mía, “yo no me quito para que se ponga otro”. Yo se que por
delante de mí hay muchos más. No es que se lo merezcan, pero sí que tienen
prioridad, por muchas razones, porque lleva muchos años en televisión, porque
tiene un nombre de peso mayor que yo, y también porque los que están dirigiendo
la televisión no saben ni que existo, o sabiéndolo me ven en otro rollo y no me
tienen en cuenta.
Pero esa es tu parte de marca, esa que quieres
vender.
Si pero mi subconsciente me dice que no es el
momento. (¿?)
¿Eso es un impedimento o una excusa?
Puede ser una excusa. Un impedimento no lo es.
Tengo mucha personalidad como para el próximo lunes pedir una cita con el
director de la Televisión Canaria y decirle hola soy Adolfo Martín y quisiera
hacer esto. Puede ser una excusa porque
a lo mejor creo que no es el momento.
¿Cuál es el momento?
No sé si debería decir esto, pero el momento
será cuando la Televisión Canaria tenga una programación de verdad. Creo que está
pasando una época complicada, una época en la que no se está haciendo una
televisión de verdad, me refiero a la parte de entretenimiento, porque en la de
informativos son bastante veraces, con grandes profesionales y periodistas a
los que les gusta la comunicación. En la parte de entretenimiento creo que
tienen un gran trabajo por delante sin hacer. Tienen que trabajárselo bastante.
Hubo una época en la que se hacía buena
televisión de entretenimiento, en la que yo participé, y en la que se hacía un
magazine de tarde en Tenerife, pero luego, entre que hubieron cambios
políticos, vino la “crisis” y todo el rollo, se ha hecho una televisión para
gustar a unos pocos y espero que ahora que el presidente del Gobierno de Canarias
tiene que firmar la confirmación del nuevo director antes de irse, haya un
cambio en la televisión canaria.
¿No puedes ser parte de ese cambio?
Claro, y lo creo a ciencia cierta. Sería aires
renovados para la Televisión Canaria. Pero con lo que no puedo luchar es con
todo un sector político que es el que dirige la tele, es el que coloca a los
periodistas y a la gente que a ellos les interesa. Esto no un Telecinco o un
Antena3, en las que hay un casting, tú te presentas, si le gustas al director
de casting te coge y te hace a su mano y te potencia. Si la Televisión Canaria
funcionara así, el lunes estaría allí vendiendo mi proyecto. Pero como aquí no
funciona así, prefiero esperar a ver el momento adecuado.
¿Has hecho algo para cambiarlo?
No. Ahora mismo no, te soy sincero. Me he
focalizado en otras cosas y he dejado un poco que todo fluya. Creo mucho en la
vida, es decir, uno no puede cruzarse de brazos y esperar en casa a que pase el
cambio y después te llamen, pero he estado en otros menesteres, con el rabillo
del ojo viendo lo que sucede, y me considero astuto. Si tiene que pasar,
pasará.
¿Eso no es sentarse a esperar la guagua sin
saber que guagua es?
No, porque quiero seguir formándome, y estoy en
otras cosas, pero siempre mirando lo que ocurre. Si mientras estoy haciendo
esas otras cosas veo que es el momento de tocar determinadas puertas para
ofrecer ese proyecto, indudablemente que lo haré. Soy muy consciente de que
sentarte a esperar y cruzarte de brazos no te va a dar nada.
Una de las pocas cosas en las que creo es en La
Vida, La Vida es sabia, y yo lo he visto.
Nosotros estamos hoy aquí por algo. Porque ha
habido una causa. Nos hemos conocido en un sitio, ha habido feeling, tú has
considerado que yo debiera estar aquí hoy, y yo he considerado que debería
estar, entonces, La Vida es sabia.
¿Tus decisiones son tuyas?
A nivel personal si, y a nivel profesional no
quiero exagerar pero creo que al 99,9% también. Aunque me gusta preguntar a mi
entorno, al final siempre decido yo, con mis éxitos y mis fracasos. Usando tu símil
de antes, “la guagua hay que cogerla siempre, aunque no sepas a donde te lleva,
porque lo más importante es que te puedes bajar en cualquier momento”.
Eso es aventura. A nivel personal y
sentimental, si la persona que está a mi lado no me da aventura, me aburro. Y
eso que de por sí la vida es monótona, porque tienes tus rutinas diarias. Pero
dentro de esa rutina hay que tener unas pinceladas de aventura: no comer en el
mismo sitio, no ir al trabajo por el mismo sitio, etc.
¿Qué es lo que más te alegra en tu vida?
Rocío Jurado decía que: la vida era el mayor
espectáculo del mundo. Y es verdad. Levantarse cada mañana es el mayor
espectáculo del mundo. Es como una película en la que tienes que meterte,
porque la película sigue, contigo o sin ti. Así que mejor estar activo y
actuando en la vida. Indudablemente, seguir vivo es lo que más me alegra por
las mañanas.
El futuro es el aquí y ahora. Si esta
entrevista la estuviéramos haciendo bastante tiempo atrás, yo no estaría
disfrutando de ella, porque estaría pendiente de muchas cosas a la vez: de si
me suena el teléfono, de si tengo que hacer algo después y no llego a tiempo o
si tengo algún tema pendiente de resolver. ¡No!, lo más importante es el aquí y
ahora. Lo que se tenga que hacer después, se hará después.
Antes me vestía mucho con la ropa del pasado, y
no precisamente con las cosas bonitas, sino con las vivencias negativas. El
pasado ya no sirve de nada, salvo para enseñarte. El presente es lo más bonito
que te puede pasar, y el futuro, no sabemos lo que va a pasar.
Dime una película que pudiera representar hoy
el momento en que te encuentras.
Come, Reza y Ama, sin duda alguna.
¿Quién serías tú?
La protagonista. Estoy en una búsqueda continua,
de todo, del amor, del trabajo, del conocimiento a mí mismo. Y de hecho me
encantaría ahora mismo coger el bolso e irme al aeropuerto y marcharme, por
ejemplo, a la India.
¿Qué te impide hacerlo?
(Risas) Muchos factores. Una hipoteca que me
tiene aplastando los hombros, (ríe fuertemente).
Mira, si no tuviera la hipoteca, posiblemente
cogería la mochila y me pondría a vivir en diferentes sitios trabajando, o me
iría a otros sitios para apostar por aquello que me gusta, la comunicación, y
dar el coñazo para aprender y evolucionar.
Volvemos a lo de antes, necesito tener una base
segura.
¿Eso no está reñido con la aventura?
No, no está reñido. Lo que pasa es que mis
aventuras son más cortas Soy consciente de que tienen un límite o una barrera.
De todas formas he tenido mis pequeñas aventuras.
Por ejemplo, yo me vi en 2010 en El Cairo dando clases de maquillaje a jóvenes
cairotas, sin saber francés y sin saber árabe. O me he visto de la noche a la
mañana en Méjico, en la semana de la moda, aportando mis nociones de maquillaje
y decirme a mí mismo ¡qué haces!, ¡un tío de Canarias en Méjico aportando su
profesionalidad!.
Pues lo que hacía era disfrutar de la experiencia,
dando lo mejor de mí, y llevándome una experiencia maravillosa. He aprendido en
la vida que allá donde fueres haz lo que vieres. Mucha gente me decía que en Egipto
son unos antisociales. Pues sí, es verdad, son antisociales, te escupen a los
pies, van con los pies llenos de barro porque no hay calles asfaltadas y otras
muchas cosas, pero yo no puedo cambiar eso, ni por asomo. Es una cultura
arraigada. Es como cuando los árabes vienen aquí y dicen que olemos a
mantequilla de todos los productos de cosmética que usamos. ¿Qué hice yo en El
Cairo?, pues más de lo mismo. Por supuesto que no le escupía a la gente en los
pies, pero actuaba de forma similar a ellos. Me llevé, por ejemplo, el que a un
hombre heterosexual cairota le interesara el maquillaje y la fotografía sin ser
gay, que había mujeres que por encima de nada se iban a quitar el velo, aunque
estuviéramos a puerta cerrada o sabiendo que yo era homosexual, o que fuera por
una causa de formación, simplemente porque Alá decía que la mujer no se podía quitar el velo. Una de mis
alumnas, Dina, era una gran dibujante y una gran maquilladora, y es posible que
llegue a ser una gran diseñador en Europa. Su padre tenía una
librería-imprenta, y decía que él jamás le dejaría ir a estudiar al exterior
simplemente por ser mujer. En un momento dado, con mi ingenuidad le dije “Dina
ahorra dinero y márchate”. Pasaron los días y entendí que Dina jamás iba a
poder abandonar a su gente, porque hay una cultura por encima de todo eso.
Di lo mejor de mí, me percaté de muchas cosas y
me traje una experiencia maravillosa. Me solidarizo mucho con lo que está
ocurriendo ahora allí. Deberían tener una democracia y no lo que tienen.
Creo que pasa lo mismo que con Cuba. He estado
allí por trabajo y creo que cuando Cuba
levante todos los límites que tiene, el cubano va a seguir siendo como es,
gandulete, poco trabajador, resolutivo con las pocas cosas que tiene, etc. Es
su modus vivendi. Habrá una apertura política y civil, por supuesto, pero no va
a cambiar la idiosincrasia del país. Hay
una palabra que me encanta: diversidad. No tenemos que ser todos iguales.
Permíteme el comentario que voy a hacer: Adolf
Hitler se dio cuenta de que había cometido un gran error. El quería una
ciudad/país igualitaria, todos rubios y con ojos azules, se empecinó e hizo la
catástrofe mayor del mundo. Ya en su última época, yo creo que se suicidó por
varias razones: una, porque sabía que lo iban a matar en un momento dado, y
dos, porque sabía que había hecho la cagada del siglo, no iba a conseguir que
todo el mundo pensara y actuara de la misma manera, ni siquiera entre ellos
mismos.
Eso sí, mi libertad empieza donde acaba la
tuya. Tú puedes ser chino y vivir en 20 m2, pero no quieras que yo viva en
20m2. O que los árabes tiren la basura por la ventana, pero no pretendas que el
resto lo haga.
Que todo el mundo haga lo que le dé la gana
pero sin coartar mi libertad o mi espacio vital.
Hasta que punto crees que las “guerras” o
conflictos están motivadas por ese no respeto de las libertades de cada uno.
Las guerras existen porque interesan. Las que
duran todavía a estas alturas son intereses creados. Un país produce armas y se
genera la necesidad de que otro las compre. Si me hago amigo de las potencias
fuertes para devaluar el petróleo, porque no me interesa que Venezuela sea un
país rico, pues lo hago y punto. Eso son intereses creados.
¿Quién dirige el mundo? ¿Los presidentes del
gobierno? Por supuesto que no. Lo hacen las “cuatro” personas poderosas más sus
asesores que conforman el grupo “Bilderberg”,
entre los cuales la reina de España va como invitada. Se reúnen y deciden cosas
que quieren que pasen, y lo hacen.
Hace unos años Pilar Urbano hizo una serie de
entrevistas que la Reina doña Sofía le concedió y de ahí sacó un libro. Me
sorprendió que la Reina hablara tan claro en ese libro de cómo suceden las
cosas.
Por cierto, en ese libro hubo otro titular: “la
Reina está en contra de los homosexuales”, y me sorprendió. Dejé pasar el
tiempo y cuando finalmente compro el libro y lo leo, evidentemente la Reina no
está en contra. Simplemente decía que como buena griega no entendía el utilizar
la palabra matrimonio por los gays, por la etimología de la palabra
Y volviendo a la pregunta, hay gente que tiene
un precio tan bajo, que deciden que la gente muera de hambre o que gente la viva
en la calle.
Tengo una amiga a la que siempre le pregunto lo
mismo: ¿por qué África que es el tercer mundo no es la cuarta o quinta potencia
mundial? Y siempre me responde lo mismo: porque no interesa. Es un continente
muy rico, porque tiene petróleo, y buenas tierras para potenciarlas, pero no
interesa. Los cuatro que gobiernan el mundo hacen que se llame el tercer mundo,
y siga siendo un continente pobre.
Has mencionado en varias veces la palabra
“solidaridad”.
Se necesita tan poco… No es que yo vaya a los
comedores sociales los fines de semana o a la Cruz Roja, pero sí que cuando
tengo al lado a alguien al que puedo ayudar, lo hago sin pensarlo. No entiendo
como la gente no es solidaria, aunque sea de esta manera.
Si yo fuera un empresario y mi empresa
estuviera saneada, haría mucho por la sociedad canaria. Hay mogollón de pobres
en Canarias, y sin embargo todavía hablamos de los pobres como si estuvieran
lejos. Hay mucha gente que no tiene los derechos mínimos.
¿Y esos eventos sociales a precio de oro por cubierto?
Me viene a la memoria una imagen de una
película sobre Teresa de Calcuta. Es una secuencia en la que ella se ve en un
consejo administrativo de su fundación y en un momento dado hace parar la
reunión y dice: “Yo esto no lo quería. Tengo un presidente, un consejero, unos
vocales, todos ellos cobrando un sueldo, estamos en un edificio que estamos
pagando y no deberíamos estar haciéndolo así. Hemos llegado a un punto que no
es lo que yo quería. Lo que quería era tener una manzana y dársela a un pobre,
coger una casa y dársela a un pobre, coger una cama y dársela a alguien que no
tuviera. Yo no quería ni una fundación, ni un edificio, ni un presidente, ni
unos vocales”.
En cierto modo “la engañaron”.
Jorge Álvarez, el presidente de la fundación
Yrichen, dice que no es lo mismo “tiempo libre que tiempo liberado”. ¿Hasta qué
punto es hipocresía las aportaciones que se hacen en esos eventos, a modo de un
impuesto moral por decir “ya yo he cumplido con la sociedad”?.
Todos tenemos un ego y lo alimentamos. Si tengo
150 euros para pagar un cubierto, encima voy a una cena, lo paso bien y
contribuyo y alimento mi ego de “¡qué solidario soy!”. ¿Es lícito?, si. ¿Es
factible?, depende. Podíamos reformularlo, por supuesto, pero la sociedad
canaria, por ejemplo, es muy gandula. Cuesta mucho convencer para cambiar las
cosas. Por eso, en mi caso, decidí que cuando quisiera cambiar algo, lo iba a
hacer por mí mismo, sin esperar, dar el coñazo correspondiente, y conseguir las
cosas. Cuando te sientas en una asamblea y empiezas a ver que todos quieren el
mismo resultado, pero no todos quieren ir por el mismo sitio, te das cuenta de
lo complicado que hacemos las cosas.
En tu opinión, ¿cuál sería la prioridad
solidaria en Las Palmas hoy?
La exclusión social en esta ciudad es más
grande de lo que nosotros creemos. No hay proyectos para reinsertar a la gente
que está en exclusión social hoy en día. La educación es una de las cosas que
más primaría: hay gente que por muchas razones ni si quiera saben gestionar una
familia. Y por supuesto liderar proyectos para que nadie pase hambre y tenga un
hogar.
Mira, el otro día se concedieron viviendas a
familias canarias. ¡Han tardado 19 años en darlas!, ¡y todavía queda un mes
para entregar las llaves! No lo entiendo. No lo entiendo. Que una madre de
familia que tiene a cargo hijos, tenga que esperar 19 años para que le asignen
una vivienda, que todavía no le han dado las llaves, y lo que es peor, todavía
no sabe dónde. El caso es que las casas están terminadas dese hace entre 3 y 5
años. No lo entiendo.
Hay una frase que aquí viene genial: el que
quiere puede. Y en el caso del Presidente del Gobierno de Canarias con la
vivienda, pues no ha querido. Lo mismo que la carretera de la Aldea. Tuvimos un
presidente canarión y de la Aldea, y tampoco hizo la carretera. Después se
buscan todas las excusas que se quieran, pero lo cierto es que no les ha dado
la real gana.
¿Por qué hay exclusión social? Porque no hay
buenos proyectos para evitarlo.
Me gusta la política, pero la política local.
La de averiguar qué es lo que necesitan los ciudadanos. Si algún día me
dedicara a la política, sería para dedicarme a cultura, o a asuntos sociales o
a algo que descubrí hace poco y que me encanta: “vías y obras”.
Me gustaría ser concejal de vías y obras, y si
no concejal, alguien del departamento, porque creo que las políticas locales
son las que de verdad deberían ser políticas: un señor que no tiene trabajo que
viene al político de turno y que si no le puede dar el trabajo, si le debería
dar las herramientas necesarias para ayudarle a que lo encuentre. O de cultura,
fomentando en los ciudadanos el que asista a eventos y abaratar las entradas.
Uniendo tu vocación de maquillador, y tu
vocación política, que la tienes, ¿qué cambio de look o maquillaje aplicarías a
Las Palmas?
Independientemente de los ideales políticos, lo
que sí es cierto es que Las Palmas, cuando estuvo José Manuel Soria como
alcalde, cambió muchísimo.
¿Que metió inmigrantes en un avión y los envió
a su país? Si es verdad, pues me parece bien. ¿Usted quiere reinsertarse
socialmente? No. ¿Usted quiere seguir vagueando por la ciudad? Si. Pues no se
lo voy a permitir.
En cuanto a estética esta ciudad ha mejorado
muchísimo. Pero se han olvidado de lo otro más importante: los barrios. Yo
puedo estar en Triana o en Mesa y López, y me encuentro una ciudad cuidada,
fantástica. Pero si cuando voy a mi casa me encuentro que los alrededores dan
pena, están abandonados a la suerte, lleno de socavones, pues eso quiere decir
que no has hecho bien los deberes.
Si fuera político, mantendría y mejoraría lo
que han hecho, pero habría un trabajo arduo en los barrios, y queda mucho.
¿Hasta donde consideras que tu condición de Gay
te favorece a la hora de interpretar o volcarte en esa faceta de imagen, maquillaje,
o la estética de las cosas?
No me gusta utilizar esta expresión, pero me
acompaña, tiene mucha validez, y la voy a emplear de manera muy elegante: Si no
hubieran habido homosexuales en este mundo, el mundo no hubiese sido igual.
Federico García Lorca, por ejemplo: esa
sensibilidad de Lorca para escribir “La Casa de Bernarda Alba” o “Bodas de
Sangre”, no la hubiera tenido si hubiera sido heterosexual.
Néstor Martín Fernández de la Torre: en su
museo refleja a un hombre que tenía una estética sobresaliente.
Un homosexual valora la estética, y ve la vida
de otra manera, la ejecutamos de otra forma. Grandes homosexuales han pseudo
dirigido el mundo, porque es verdad que (y no es machismo o feminismo) cuando
un hombre ha gobernado, en su casa tiene una mujer, que en el fondo es la que
gobierna. Los hombres heterosexuales, perdona que te lo diga, son unos toletes.
Porque se piensan que “yo llevo los pantalones, y dirijo el mundo”, pero en la
realidad quien dirige es la mujer. En los grupos de asesores, siempre hay
homosexuales.
En esta sociedad política de Gran Canaria, afortunadamente
hay políticos homosexuales abiertamente. Ahí está el alcalde de Gáldar, o el
alcalde de Moya, municipios que han dado un cambio radical independientemente
de la ideología. La finalidad de un político debe ser hacer aquello en lo que
cree.
Por supuesto que el ser gay me da una
sensibilidad diferente y me da una perspectiva diferente, y esa sensibilidad la
aplicaría indudablemente en el desempeño de una faceta política.
Por ejemplo, volviendo al día en que se
asignaron las casas del gobierno de canarias, yo no lo hubiese hecho en un
polideportivo dando gritos a través de un micrófono “a ver, el número
no-se-cuántos, ya tienes tu casa”. ¡No!. Probablemente hubiera enviado una
carta informándole de una forma cortes y cercana que se le había asignado una
casa o no, con sus razones.
La foto no es importante. De haberla debería
ser cuando le das en verdad la llave a la persona in situ. Si yo soy el
político de turno, yo le abro la casa y se la enseño y se la entrego para que la disfrute. Para
eso primero habría ido por la mañana a las viviendas, comprobaría cómo están y
me enteraría de cómo son, de qué materiales están hechas y a la hora, le
entrego las llaves. Pero claro, ese sería yo.
Te has sentido en algún momento rechazado.
Si, por supuesto.
¿Hoy día?
Por mi condición sexual creo que no, o al menos
no lo percibo.
Pero tengo un gran hándicap. Si no me conoces
de nada y me ves por la calle, suelo producir rechazo, yo no, la gente lo
percibe. Que si soy un estirado, que si soy un creído, que si me considero
mejor que muchas personas. Me lo han dicho a la cara, y me rechazan como
persona.
Su parte positiva: que aquellas personas que
realmente no me interesan, no se acercan.
Su parte negativa: a lo mejor he dejado de
conocer personas interesantísimas, o personas que han querido que trabaje con
ellos, pero no ha ocurrido porque sienten rechazo.
Viví una adolescencia bastante complicada. He
sido un homosexual que no sabe lo que es estar en un armario, ni quiero
saberlo. Caminar por Triana en el año 97 era como entrar en la selva. Me insultaban
gente de mi edad y señoras mayores. O estar en la estación de guaguas esperando,
pasar un coche e insultarme.
¿Te has curado de esa “clase de espanto”?
Si hoy me ocurriese me sorprendería. Hay una
frase que dice: la ignorancia es muy atrevida.
Todos rechazamos en cierto modo a otros. Hay
muchas formas de rechazar: no acudiendo a una cena a la que me inviten, rechazo
a una persona que flirtea conmigo a nivel sexual y a mí no me satisface,
rechazo a una persona de no hablar con ella porque no comparto sus ideales
políticos, pero no le insulto a la cara, ni le mando mensajes o correos hirientes.
¿Qué opinas de la GayPride?
Yo no estoy orgulloso de ser Gay.
El día 8 de marzo las mujeres no celebran el
día de la Mujer Trabajadora saliendo a la calle desnudas y blandiendo sus
sujetadores al aire.
Entiendo, comprendo y respeto que hay un sector
empresarial que quiere ganar dinero en una época del año, me parece lícito. ¡Pero
que conviertan el día del orgullo Gay en un carnaval…!.
No entiendo por qué tiene que haber una
cabalgata pseudo-carnavalesca en un punto tan importante de las islas canarias
como es Playa del Inglés, y retransmitiéndolo al mundo entero. Lo convierten en
un carnaval y no en lo que realmente es.
¿Por qué existe el día del orgullo Gay? Pues
porque en una discoteca o pub de estados unidos un día determinado mataron
muchos homosexuales, y a partir de ahí se reivindica el día. Pero se ha
terminado convirtiendo, especialmente en España, en un carnaval, donde la gente
se desnuda en la calle, donde se fornica en cualquier esquina, donde se drogan,
se emborrachan sin medida.
No me verás en una de estas celebraciones del
orgullo Gay, Se me tendrá que chiflar mucho la cabeza para que lo hiciera.
Respeto mucho a Gama como organización en pro
LGTB, pero hay cosas que tampoco me gustan.
Me llama la atención que digas que “no me
siento orgulloso de ser Gay”.
Ni me siento orgulloso de ser Gay, ni de ser
hombre, ni de estar calvo, ni de llevar barba. No me siento orgulloso de esos
calificativos.
Me siento orgulloso de lo que he conseguido en
la vida. De que cada día me siento mejor persona conmigo mismo, y por supuesto
con los demás. De aprender de mis errores para irlos mejorando. De todo eso sí
me siento orgulloso.
¿Cómo te trata la vida en el amor?
Yo digo que fatal, pero claro, estás hablando
con un hombre súper romántico y exigente en el amor. Relaciones estables
solo he tenido una. Lo de antes eran
trenes que iban y venían.
Fatal porque siempre ha ocurrido así, el tren
descarga, estamos un tiempo, hay intimidad y luego se vuelve a ir. Y eso me ha
hecho sufrir bastante porque, ¡joder! Conozco un tío estupendo, estamos un
cierto tiempo y de la noche a la mañana desaparecen, o no quieren seguir, y
luego uno se mira a sí mismo y te dices: ¡el problema eres tú! Y es probable
que sea así.
Con esta última persona ha sido todo
superbonito, superfluido, pero llega un momento en que ves que no vamos al
mismo ritmo. La culpa no es de él, es mía, mía. Decido dejarlo y estoy
encantado de cómo ha sido, tal que ahora mismo lo puedo llamar y tenemos una relación
bastante cordial, pero nunca llegué a pensar que el amor fuera tan complicado.
Yo lo veo complicado.
¿Qué es amor?
Para empezar, es aquello que tú sientas por
cualquier cosa o persona... Lo otro es un compromiso que adquieres con una
persona con la que vas a compartirlo todo, tu vida, tu tiempo libre, tus
hobbies, incluso hasta lo que opinas o te gusta. El amor lo es todo, el amor a
la vida, al trabajo, a tus amigos.
Te he hablado de la que era mi pareja
sentimental, pero yo tengo muchas parejas, que son mis amigos. Con ellos comparto, con ellos discuto, con
ellos me enfado, con ellos convivo. Por eso digo que mis amigos son una de las
cosas más importantes en mi vida.
Un color
El negro, aunque ya sé que no es un color, o al
menos eso dicen.
Es híper elegante, sienta bien a todo el mundo,
puedes recurrir a él en cualquier momento y, en mi caso, da mucha seguridad a
la hora de vestir, por ejemplo.
¿Luces o sombras?
Luces y sombras.
Un lugar en el que has estado y al que
volverías con los ojos cerrados.
(…), el malecón de la Habana en Cuba. Sentarte
en el malecón de La Habana, en frente del Hotel Nacional de Cuba, es como
sentarte en la Avenida Marítima. Me equivocaré, pero estoy seguro que los
emigrantes canarios que estuvieron en Cuba, entre ellos mi bisabuelo materno,
cuando regresaron construyeron esta
ciudad a ojos y semejanza de la otra. Porque la Avenida Marítima es el
Malecón de La Habana, el Parque de San Telmo es la plaza de El Vedado y Vegueta
es la Habana Vieja. Si nos colocamos en el Kiosco de San Telmo cerrando los ojos comiéndonos un helado,
estaremos en el Coppelia comiéndonos un helado en el centro de La Habana. Y si
nos colocamos frente a la catedral de La Habana, estaríamos en Vegueta. Así que,
me equivocaré, pero tengo esa convicción.
Dulce o salado.
También depende del momento, dulce y salado.
Sol o sombra
Soy más de sol. El sol, el verano, me hace una
persona más activa, donde proyecto más actividad, pero no descarto un fin de
semana en el parador de Tejeda con nieve, frío, y en buena compañía, que no
tiene que ser sexual.
Una comida que te pirre.
Soy tan simplón en las comidas…, a mi me
invitas a papas sancochadas con una lata de atún y soy la persona más feliz del
mundo. Pero no descarto comerme un buen solomillo en Casa Carmelo o un buen
pescado en El Senador en Meloneras. En el día a día no soy muy sibarita. Tengo
ciertos gustos por algunos alimentos en ocasiones, un buen jamón, un buen
salmón, una buena carne…, pero en el día a día soy muy simple. La gente se
piensa que soy súper sibarita, exquisito…, que lo puedo ser en un momento
determinado, pero en el día a día, repito, soy muy simplón, no en manera
despectiva.
Que haces en tu tiempo libre.
Leer, escribir, que hay muchas cosas en un
cajón escritas por mí que algún día verán la luz o no, o se quedarán para
recreo personal.
Quedar con mis amigos, cuidarlos…,
Soy de ver películas ochocientas mil veces. Hay
una película que es de mis preferidas “Lo que el viento se llevó”, desde los 5
años la estoy viendo, me sé los diálogos, y a día de hoy sigo viéndola y
percatándome de cosas que hasta ese momento no había visto. Me identifico plenamente
con el personaje de Vivien Leigh (Scarlett O’Hara), una mujer luchadora, que a
pesar de las vicisitudes sigue adelante queriendo conseguir sus metas. Si el
director de la película no se hubiera dilatado en el tiempo y hubiera hecho la
segunda parte él mismo, es probable que
Scarlett O’Hara hubiera conseguido no solo a Rhett Butler sino ser la mujer que
quería.
Ayudar a las personas, de forma muy
personalizada.
Y, por supuesto, otros proyectos: escribir en
revistas, colaborar en radio. No me aburro.
¿Qué es lo que el tiempo se te llevó?
La infancia. No tuve infancia como el resto de
los niños. Hay un niño en mí todavía.
¿Te gusta ser niño?
Creo que como no lo pude ser está ahí dentro,
sale de vez en cuando y es incontrolable. Yo no lo puedo controlar, o no quiero
controlarlo.
Dime lo inmediato que tengas pensado hacer y
que hace tiempo llevas buscando.
A nivel profesional hay un proyecto de radio
que llevo desde el año pasado queriendo hacer, y espero que ya me confirmen que
sí muy pronto. No quiero pensar en el no. Va a estar vinculado a la moda, la
belleza, la cultura. Alguien decía que el maquillaje no es cultura: ¡menudo
ignorante!
Espero que salga ya.
--- o O o ---
Y aquí acabó la emisión de este programa
piloto.
Más de dos horas y media que pasaron como 15
minutos y que dejó no solo un excelente sabor de boca sino ganas de seguir
viajando por sus reflexiones y modo de ver las cosas.
Quién sabe, igual dentro de poco encendemos la
tele, y nos llevamos una sorpresa.
Adolfo, gracias por compartir este tiempo,
gracias por permitir que estas reflexiones salgan a las ondas del conocimiento
y puedan ser recibidas en muchos receptores que seguro verán en tu forma de ser
un ejemplo y un motivo para buscar sus sueños y cumplir sus expectativas.
Yo por mi parte siempre agradeceré que nuestras
vidas se hayan cruzado.
No sé qué camino será el próximo que cojas,
pero lo que sí sé seguro es que sea el que sea te va a hacer más grande aún,
más humano aún, más cercano aún.
De todo corazón mi deseo es que espero que lo
hagas llevando de una mano a otro aventurero, y de la otra a una personita de
entre 0 y 3 años a la que le enseñarás con paso firme y tú como mejor ejemplo,
el significado de “La vida es Sabia”.
JSR - Abril 2015.