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viernes, 20 de marzo de 2020

Hasta luego, #yaquedamenos



Normalmente un "hasta luego" lo expresas con alguien delante, a quien ves físicamente, y a quien puedes saludar dándole la mano o incluso un abrazo.

Hoy, nos toca decir un hasta luego carente de la más mínima seña afectiva directa. Es un hasta luego frío, a través de ondas hertzianas y bits. Pero en el fondo siento que es un hasta luego cálido porque de una forma u otra sentimos el calor de todos.
Hoy en el mural de imágenes de nuestra historia profesional particular en la planta -1, debería colgarse una señal, una imagen, o quizás solo un cartel con un #volveremosavolar, y que en poco tiempo podamos colgar otro con un #seguimosvolando, como muestra de que solo ha sido un parón temporal, un tiempo entre corchetes.


No es momento de buscar culpables, no es momento de ver que la información privilegiada sigue existiendo, tampoco es momento de plantear si se podía haber evitado o de si la gestión de la crisis  a nivel local o nacional, incluso mundial, ha sido la más adecuada. Solo es momento de hacer lo que cada cual tenga en su mano y en su ámbito de influencia para conseguir que esta etapa pase lo antes posible y de la mejor manera posible, porque algo sí hay seguro: todo pasa.

Las economías de algunos se nos romperán, y habrá que hacer muchos cambios, algunos incluso drásticos de cara a nuestros seres más queridos, pero sigo creyendo que seremos capaces de encontrar alternativas en alguna medida.

Estamos siendo testigos, de primera mano, de una parte de la historia de la Humanidad sobre la que hay que reflexionar. Al final es una gran bofetada que eso que algunos llaman Universo nos ha dado a todos para bajarnos a donde deberíamos estar, a recuperar esos valores que han ido perdiendo contenido con el paso de los días, de los años. Espero que podamos decirles a nuestros nietos dentro de unos cuantos años que el Ser Humano aprendió algo de ello, especialmente en su capacidad de resiliencia,  de evolución y de respeto. Seguramente será un buen cuento para nuestros nietos.

Ese bichito tan pequeño que llaman Covid-19 (que según la escritora, poetisa y clown Mary Carmen Ramos es de color verde) ha hecho mucho daño. Pero también ha traído cosas positivas, como que en China ahora mismo, y aunque sea desde las ventanas, los chinos ya vuelven a ver el color del cielo porque ha desaparecido la contaminación, o que en Italia los Venecianos están admirando unos canales completamente distintos, limpios, coloridos y en los que vuelven a verse peces, o sin irnos más lejos, descubriendo cosas en nuestros hijos y familias de las que no éramos conscientes por esas dichosas prisas que siempre nos empujaban. La única pega es que el precio ha sido muy caro, porque no se ha pagado con dinero, sino con vidas.

Hemos pasado de pensar en todos esos planes que haríamos si nos tocaba una lotería, a simplemente pensar en qué podremos hacer para reencontrarnos con nuestros amigos y familia, esos incluso que tienes al lado y que ahora no puedes ver, sentir. Pasar de la excusa de no tengo tiempo, a tenerlo y que muchos no sepan qué hacer con él. Y, además, ahora entendemos el sentido de "libertad".
Creo que no le tenemos miedo a la crisis..., tenemos miedo de nosotros mismos.

Así que, hagamos un ejercicio de ver lo bueno que se nos presenta, hagamos el esfuerzo de no bajar la moral, seamos proactivos aunque sea en 15 metros cuadrados, que el cerebro humano da para mucho, solo hay que pedírselo, procuremos leer mucho, juguemos al parchís, a conocernos más, a buscar escondrijos en nuestras casas, a cantar, a dibujar, ..., en definitiva.., a Amar.

Para todo lo demás.., #yaquedamenos.


sábado, 7 de marzo de 2020

#nosoloundia



Mañana es uno de esos días que se oficializan en el calendario a modo de falsa festividad, y como supuesto reconocimiento a algo que todos deberían saber identificar. En este caso como Día de la Mujer Trabajadora. 
Y pasado mañana será un día en que dicha Festividad pasará al olvido de la misma forma histriónica con que posiblemente fue creada.

Serán algo menos de 24 horas en que se seleccionarán de archivos pre-escritos por “a saber quién” miles de discursos oportunistas creados con pasmosa intencionalidad y descarada publicidad, pero carentes de sentimientos. Verborrea muy medida, con espacios medidos, entonaciones medidas pero escrita sobre una credibilidad con forma de hielo, que tan pronto sale al aire, se derrite y volatiliza como si nunca hubiera existido.

Es curioso, algo que debería formar parte de la cultura y vivencia diaria de cada persona, hombre o mujer, tiene que convertirse en una parada anual para “cumplir” con una especie de compromiso paradigmático. A saber, te haces la foto, y ya cumples. Da igual lo que tu cabeza contenga, da igual que un minuto después sigas siendo el mismo imbécil, el mismo patán o sinvergüenza que sólo ve su ombligo. Ante el patio serás solidario, y eso mola, queda bien.

Está bien recordarlo, pero creo que va en la educación (como siempre) y no en el oportunismo el hacer que sea una realidad y no una fecha marcada en el calendario en la que la mayor parte de las veces lo único que se consigue es seguir aumentando el ego desquiciado de personajes sin credibilidad pero con una oratoria muy melódica.
Prefiero ser consecuente con mis principios y no apuntarme a ninguna ola de lo correctamente esperado. 

Prefiero Vivir cada día siendo consciente de que somos seres humanos con los mismos derechos y obligaciones, sin que tenga que ponerse por escrito, porque eso es un síntoma inequívoco de la decadencia del propio ser humano.
Mañana se utilizará millones de veces la palabra Mujer, se aplicarán miles de calificativos   y se conjugarán miles de verbos para destacar el papel importante de la mujer (aunque insolidariamente solo en el ámbito laboral), se entregarán muchas rosas, lazos y demás presentes, y a todas las mujeres se les dará estatuto de reinas..., pero solo por un día y con preaviso de devolución.

En mi vida tengo reinas. Pero lo son por su propia condición y valía, sin que tengan que reclamarlo o mendigar un porcentaje de atención.
Son reinas que luchan en su día a día, cada una en su faceta, por dar siempre lo mejor de sí, por luchar por sus inquietudes y sueños, aunque para ello tengan que cruzarse con impresentables, hombres y mujeres, de rancio ombligo y peor abolengo, que solo ponen obstáculos. Pero siguen en su empeño, simplemente porque saben que no son distintas de cualquier adversario, aunque muchas veces adivinan que no van a estar en igualdad de condiciones y por eso son conscientes de que su esfuerzo tendrá que ser incluso superior.
Mis reinas no tienen palacio, ni tienen lacayos, ni viven en mundo de fantasía mediática con fecha de caducidad.. Mis reinas lo son porque lo demuestran día a día. Mis reinas lo son y #nosoloundia.