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domingo, 21 de mayo de 2023

ABRIENDO PUERTAS



Era una tarde de un 2 de septiembre de 2022 cuando desembarqué con mucha ilusión y cierta incertidumbre en un proyecto que había nacido como nacen los mejores retos, desde la espontaneidad y la visión de alguien que confiaba en un grupo de jóvenes adolescentes y quería buscar otras fórmulas que les permitieran crecer como equipo. Y tuve la suerte de cruzarme con él.

Acepté el reto, y he disfrutado viendo los distintos caminos que se han abierto, con sus alegrias y momentos agrios, pero siempre con confianza en que lo que se hacía era bueno. Y después de un tiempo caminando juntos, con aquellos que quisieron hacerlo, llega el momento de parar y hacer evaluación de lo alcanzado.


Acaba un proceso de cambios, de descubrimientos, de cuestionamientos…, de aprender y aprehender.


Han sido 9 meses, 25 semanas, 40 sesiones de trabajar con personas maravillosas, ellos lo saben, y empiezan a creérselo. El aprendizaje ha sido en ambas direcciones, porque cada vez que me enfrento a un proyecto como este, de algo siempre estoy seguro: ¡voy a aprender de ellos!


No se trata de descubrir fórmulas mágicas que solucionen todo. Se trata de hacer visible lo que no lo es, que lo palpen, no con las manos, sino con la consciencia y el entendimiento, como primer paso para darse cuenta de sus capacidades, las que creen que conocen y también las que no han sido capaces de detectar y menos practicar, o incluso se negaban a creer o aceptar.

Se trata de abrír caminos para explorar las habilidades y potenciales de cada uno.

Se trata de adquirir perspectiva de cada uno hacia el resto, y desde el resto hacia cada uno.

Se trata de convertir un “no se” en un camino, transitarlo, disfrutarlo y anclarlo como descubrimiento y riqueza personal.

Se trata de vernos como una parte de un todo, y saber cual es nuestra mejor posición de juego, y no solo en el deporte, sino en la vida. Esa posición que haga sacar de un trabajo común, en equipo, la suma mayor de nuestras posibilidades. Eso es apostar por crecer.


Llegado este punto, estoy muy satisfecho de lo conseguido. Porque las semillas no germinan de la noche a la mañana, sino con tiempo y cuidado…, y he visto asomarse las primeras hojas de esas nuevas semillas. Será un orgullo y un placer verlas seguir creciendo hacia el sol que les fortalezca, y les convierta en troncos fuertes y convincentes que ayuden a contagiar de su entusiasmo y sabiduría a los que vienen por detrás. Porque, chicos, por si no lo saben, no son solo jugadores, no son solo jóvenes en evolución y perfeccionamiento…, son Ejemplo de otros que les miran como aquello que les gustaría ser. ¿Aceptan el reto?


Por mi parte solo hay una palabra, sencilla y pequeña, para esta resumir esta experiencia: ¡GRACIAS!

Gracias por permitirme compartir con ustedes estos momentos, de frustración,  de alegria, de risas y menos risas. Gracias por dejarme entrar en ese mundo atrincherado de sus emociones y sensaciones. Ha sido fantástico, ha sido enriquecedor…, ha sido todo un regalo.


Gracias a Ioseba por comentar su inquietud y ser la puerta gracias a la cual esto empezó. Gracias a la Junta Directiva del Club Deportivo Valdecasas por dejar caminar este proyecto. Como les dije ayer, son un Equipo, son un Club, pero sobre todo son una Familia, y eso les distingue del resto, por lo que hacen y como lo hacen con esa Familia, más allá del puro interés deportivo.


Y termino con una de las reflexiones en las que se ha apoyado el proceso ideado para esta etapa y que ayer les desvelé: “Las medallas se consiguen en los entrenamientos. A las competiciones solo se va a recogerlas (Illa Topuria)”.


Y no estoy hablando solo de Fútbol.


JSR - 21/05/2023












lunes, 8 de mayo de 2023

PARA TI...




Para ti.

Esto va dedicado a ti, amiga. Y permíteme que te llame amiga.

A tí que tienes al alma angustiada y el corazón desgarrado, casi sin entender el por qué de lo que pasa y preguntándote en qué has fallado.

Pero…, ¿seguro que has fallado?, ¿o una vez más prefieres infravalorarte bajo la excusa de amar?

Lo has dado todo…, y no encuentras lo esperado.

Estás rota, dolida y sin entender la realidad.

No dejes que el dolor te apague.

Huye de los que te dicen “tranquila, no pasa nada”... ¿que no pasa nada? ¡Duele!, ¡y no veas como!

Huye de los seguidores del “eres fuerte y puedes”. Si, claro…, seguro…, pero, ¡joder, ahora duele!

Es a tí a quien le duele.

Y lo que es peor, te preguntas por qué a tí, y no lo entiendes.

No dejes que el dolor te apague.

Es instinto de supervivencia, es un signo de defensa, de alarma…, algo no está bien, y como tal, identificarlo y gestionarlo es el principio de entenderlo, para poder mitigarlo, y después, superarlo. Nunca mirar para otro lado, y menos, no hacerle caso.

No dejes que el dolor te apague.

No te hagas protagonista de lo ajeno, reconoce tus valores, reconoce tu territorio, en especial el de las sensaciones y los sentimientos, y si tienes que acampar en él, hazlo, en compañía o en soledad, pero siempre dándole sentido a la verdad, la tuya, la que primero te hacer ver, después mirar y con el tiempo entender que a veces hay que parar para luego poder crecer, o lo que es lo mismo, avanzar.

No dejes que el dolor te apague,


Ni que transforme tu identidad, tu vida…, tu forma de aMar.