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miércoles, 25 de septiembre de 2024

LA CARA B


Un dibujo es una imagen. 

Y cuando ese dibujo está en el proceso de creación, el cerebro conecta con las manos para crear un vínculo único en el que la distracción no tiene cabida. El cerebro se focaliza en guiar sabiamente sus manos para dar forma a esa imagen o idea que el autor tiene en su cabeza.

Ese dibujo terminado, al igual que una fotografía, tiene una cara A y una cara B.

La cara A es la que todos vemos, tal cual.

La cara B es el ADN de la imagen, lo que nos dice y que curiosamente en cada cual genera una percepción distinta, dependiendo de nuestras propias circunstancias. Para el autor, es aquello por lo que nació, es la materialización de una forma de sentir, que de otra forma no lo hubiera expresado mejor, porque la imagen brinda a quien trabaje con ella, un espacio de seguridad y una forma en que su cerebro pueda convertir las sensaciones y emociones en algo tangible.

Cuando eso ocurre, esa idea, ese pensamiento, deja de ser abstracto, deja de estar en una nube para tomar forma, y se hace palpable. Y al ser palpable, se puede “gestionar” mucho más fácil.

Esa es una de las grandes ventajas de trabajar con imágenes.


Las imágenes que se acompañan forman parte de un trabajo de terapia con imágenes. La persona que participa no tiene que tener dotes ni cualidades de dibujante, valdría con dibujara a su manera.

En este caso, al participante le gusta dibujar, y partiendo de un contexto y sensación materializado por la persona en una imagen, se continuó aportando valor a la misma mediante la inclusión de otros “Factores” que podrían condicionar sus emociones hasta llegar, de una forma fácil y segura, a unas conclusiones que quedan ancladas en su saber y que le ayudarán a afrontar su camino.


1.- Imagen creada por el participante. Lo que hay en esa imagen es oro puro.





2.- Primera contextualización personal, haciendo que el participante forme parte de la propia imagen.




3.- Se incorpora un elemento más que da sentido a una parte del dibujo (y de su cara B).




4.- Se añaden otros elementos relevantes que han sido evocados desde la imagen durante el proceso, dando perspectiva y referencia a las emociones originales y posicionándolos en su verdadera integración, tanto dentro como fuera de la imagen.




5.- Imagen final con todas sus perspectivas ancladas.






La cara B se ha mostrado sin miedos, aportando seguridad y confianza, y haciendo ver que el camino se puede disfrutar tanto en esencia como en  intensidad.



JSR- Sep/24


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