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lunes, 30 de mayo de 2016

Corpus Artem



La foto de portada es una foto normal. Quien la vea posiblemente adivine que se trata de una alfombra de las que hacen para las procesiones de la festividad del "Corpus Christi".

Al leer estas dos últimas palabras, o incluso solo con ver la imagen, lo más normal es que la inmensa mayoría apliquen sus filtros personales y enmarquen dicha imagen dentro de la etiqueta de "religioso". A partir de ahí, cada uno derivará sus pensamientos por un camino u otro dependiendo de las connotaciones que la palabra "religioso" le aporten.

Hace bien poco un buen amigo me decía que "al ser humano le gusta catalogarlo todo". Parece que si no le ponemos etiquetas a la cosas no estamos contentos. Pero a veces terminamos creando etiquetas tan grandes y absurdas como nuestra propia ignorancia.
Veo con relativa frecuencia opiniones vertidas en redes sociales y medios de comunicación sobre rechazo a todo lo que "venga" de la "iglesia", y recalco las dos últimas palabras entrecomilladas. Muchas veces no sabemos separar contenidos y terminamos mezclando muchas cosas en un mismo saco, para perjuicio de los que, estando dentro del ese saco, no tienen nada que ver con la etiqueta que cada cual le ha puesto por fuera. No nos contentamos con emitir opiniones, sino que las convertimos en juicios. Nos gusta jugar a ser jueces.
Igual debiéramos pararnos un poquito más a pensar qué es lo que estamos juzgando y si podemos hacerlo.

En cualquier caso esta foto tiene su historia, como no podía ser menos. Y sí, es cierto, está enmarcada en un ámbito religioso, su existencia se debe a la celebración de ese acto religioso, aunque esa sea solo la excusa para poder llevar a la realidad un proyecto que va más allá de posicionamientos personales.

Es el proyecto de una Asociación (Alfombristas Amigos de Arucas) junto con el colegio OSCUS (Obra Social y Cultural Sopeña) de Las Palmas, que llevan ya más de 10 años colaborando en la preparación de algo tan aparentemente sencillo como una alfombra de sal, pero tan amplio y ambicioso como el de hacer crecer a las personas, conociendo y creyendo en los demás, pero ante todo creyendo en si mismos.


Esa alfombra está construida con sal y tintes de colores, pero sobre todo está hecha con ingredientes muy especiales:
- Convivencia de muchas personas de las más diversas edades, todas con un mismo fin.
- Risas por los buenos ratos pasados, afrontando el nuevo reto como hay que hacerlo, desde el optimismo y el divertimento.
- Preocupaciones por los empujones recibidos y obstáculos encontrados, pero sin que fuera causa suficiente para hacerles desistir en su empeño.
- Esfuerzo para superar todos esos baches y luchar con el convencimiento frente a la incredulidad.
- Desesperación por tantas promesas hechas con palabras vacías y juegos de intereses de organismos y entidades que supuestamente debieran fomentar la unión de las personas, los barrios, los pueblos y que lo que finalmente consiguen es justo lo contrario.
- Creencia en un proyecto humano
- Arte, mucho arte.
- Pero sobre todo.. ganas..., muchas ganas, de mucha gente que cree.., en las personas.



Cuando ves todo eso en un engranaje fantástico, que funciona sin prisas pero sin pausa, perfectamente organizados, con buen humor y disfrutando de lo que están haciendo, llegas al convencimiento de que eso es predicar con el ejemplo, eso es hacer escuela de personas, eso es enseñar valores, eso es crear equipo, eso es fortalecer relaciones..., eso es ayudar a crecer.

Desde niños a adultos, pasando por adolescentes y jóvenes, todos ellos con un mismo objetivo, construyendo, ayudando, disfrutando, no importaba que fuera desde las 6:30 de la mañana y que se prolongara por más de 10 horas, con tiempo nublado o a pleno sol. Todos orgullosos de lo que estaban haciendo. Y a todos sin importarles las miles de opiniones de todos los que (fueran creyentes o ateos) pasaban por su lado, en las más de ocho horas que duró su creación.

Al final, lo que tan bien se concibe y persigue, se consigue. Y una verdadera obra de arte vio la luz rondando las 5 de la tarde, para admiración de los que la observaban, para regocijo de los que la hicieron y para la historia de los que la conocen.

Los que ayer visitaron Arucas y vieron esa alfombra  seguro que se fueron a casa con una imagen final en la que seguramente convivían muchos colores, figuras y formas.
Cuando cada uno de los que participaron en su confección se fue para su casa, les garantizo que lo que menos se llevaba era eso. Se llevaban satisfacción, se llevaba un saco más de enriquecimiento personal..., y se llevaban una gran dosis de ganas por seguir haciendo cosas.

Cuando al final del día la procesión pasó sobre ella, las pisadas de los que la seguían regaron por todas las calles de Arucas infinidad de semillas en forma de cubitos de sal y flores cargadas de ilusión y buenos deseos que simbolizan eso que se llama creencias, sean de la índole que sean.




Es curioso como, aún después de que sus contornos quedaran difusos y dispersos por las pisadas de los caminantes, su belleza no había cambiado. Simplemente miles de pinceladas arbitrarias le dieron un toque distinto, quizás abstracto.


El verdadero espectáculo era mirar las caras de todos los que la habían hecho justo en el momento justo después al paso de la procesión. Puedo dar fe de ello, porque era allí donde estaba la riqueza del momento. No hice fotos de ello, preferí disfrutarlo.
Un año más lo consiguieron. El esfuerzo mereció la pena, las caras de alegría lo decían todo, no importaba que el cansancio estuviera presente, que lo estaba, aunque supieran que todavía quedaba recoger.

Fue un lujo poder captar todos esos momentos, toda esa evolución, aunque fuera escondido detrás del objetivo de una cámara por momentos, lo cual no me impidió disfrutarlo e irme a casa con lo que más me gusta, vivencias y aprendizaje.

Gracias a Norberto por permitirme conocer la historia, el proyecto, las inquietudes y sobre todo, su ejemplo. Una muestra de que las etiquetas solo sirven, y con matices, para las cosas materiales e inertes, pero no para aquellas ámbitos en los que hay personas de por medio.


JSR-Mayo/16

































3 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Formé parte de esa alfombra y puedo decir que lo que se siente y se vive en un día así, no se puede explicar mejor que lo que se ha descrito aquí. Muchas gracias por el texto y por las fotos, gracias por el "puñadito de sal" que nos concedes.

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