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sábado, 18 de junio de 2016

Ruta Fisiotelana





La historia que más adelante les voy a contar surgió de un juego que le propuse a un grupo de cinco chicas que decidieron irse juntas, al terminar sus exámenes, a hacer el Camino de Santiago.


Aceptaron el juego que consistía en responder unas preguntas que cada día les enviaría (unas para responder individualmente y otras para responder en grupo), en que hicieran un reto que les propondría a diario, y en que me enviaran en cada jornada la que consideraran la “foto del día”.


Ellas vivieron su caminata in situ, yo la viví a través de sus mensajes, y les puedo garantizar que la experiencia para quien les escribe ha sido enriquecedora, porque me permitía conocer incluso algo más de lo que es el mero viaje.


Paula, Sara, Nadia, Yessi y Rita, la historia la han escrito ustedes. Yo solo la he “mecanografiado”, eso sí, siempre desde mi punto de vista.

Gracias por ser protagonistas sin saberlo, gracias por permitirme llevar a cabo esta experiencia, y gracias por transmitirme a través de sus mensajes y fotos diarias, el “otro” lado de mi particular Camino de Santiago.

Les dejo con esta historia construida en una especie de prosa con métrica y rima algo particular. Espero que les guste. 
Yo he disfrutado.



--- o O o ---



Esta es la historia de 5 ilusiones,
contada con respeto desde la distancia,
usando un juego de respuestas y reflexiones,
que en principio no tenían mayor importancia.


Iniciaban con alegría la aventura,
aunque con cierta dosis de incertidumbre
pero con el deseo de que encontrarían una lumbre
que les guiaría con paso firme en su locura
por  los caminos de mejor conveniencia,
y si de algo sí que estaban seguras,
era que lo más fácil sería la convivencia.


Para unas eran vivencias para vivirlas y recordarlas,
para otras intentar no perder las uñas en el intento
alguna pensaba en una simple excusa de perder peso
pero en cualquier caso, no quedarse con las ganas



Iniciaron su andadura en una mañana soleada,
en las espaldas sus mochilas y amplias sonrisas en la cara.
Avanzaron como fichas de parchís en su primera jugada
sin saber la sorpresa que la noche les deparaba
convirtiéndolas en espectadoras en primicia
del concierto de una sinfónica de ronquidos
que el travieso destino les ofreció a su antojo
y que aunque quisieron ganar la lidia
intentando abandonar su mente al olvido,
apenas pudieron pegar ojo.


Y al comenzar el primer día, pronto aprendieron
la distancia que hay entre el dicho y la realidad,
ya que todo lo que les habían dicho les parecía una barbaridad,
pero aunque de mala gana, a las evidencias se rindieron.
El que faltara un pantalón corto o una pasta de dientes,
o una crema solar o que más bien todo sobrara
solo te hace pensar en lo que realmente sientes,
¡que por dios un sherpa las mochilas les cargara!


Mas de una ocasión miraron atrás,
pero no porque tuvieran añoranza
sino porque a alguna compañera echaban en falta
y no es lo mismo si con ellas no estás.



Pronto algunos deseos afloraron a sus mentes
¡que los últimos kilómetros fueran más fáciles!
o ¡unas piernas nuevas! o ¡no tener juanetes!
Se daban cuenta de que ya no estaban ágiles
y por más que quisieras estar en un spa relajante
o buscar tiempo y tiempo para hacer argollas
no te quedaba otra que tirar p’alante
aunque fuera con los pies llenos de ampollas.


Había una cosa que a todas maravillaba:
cantidad de gente mayor que iban súper ligeros.
Hombres y mujeres de edades avanzadas
que a toda prisa recorrian los senderos.




A una pareja  se dirigieron y por su motivo preguntaron.
El decía que lo hacía caminando porque era más bonito,
ya lo había hecho en bici y en muchos sitios no pararon.
Ella simplemente decía: “Yo le acompaño, para que no vaya solito”.


Despertaban todos los días en sitios diferentes
con pensamientos mañaneros aflorando en sus mentes,
pensando en mami o en la ropa que estaba en la liña,
y aunque parece que todos somos iguales en esta viña
no a todas les sentaba igual el zumbido del despertador
ya que de juanetes y pies a algunas les volvía el dolor.


Y es que durante la noche un sueño les atormentaba
en forma de ñoños acurrucados y en formación,
a los que a pleno grito y sin contemplación
un ñoño cabroncete les gritaba:


  • ¿Están preparados para mañana?
  • ¡sí señor !
  • ¿Tienen todas las compeed preparadas?  
  • ¡Sí señor !
  • ¡Son tan solo 14 km!, ¿mentalizados para los callos?
  • ¡Por supuesto señor!
  • ¿Ganas de madrugar?
  • ¡No señor! (zzzzzzzzzzzzz….)
  • ¿Algún rajado ?...........
  • SI SEÑORRRR!!!!!!!!!! ( 1 baja )






Y al ritmo de  “Caminando por la vida”
en la nueva etapa se adentraron,
deseando que lo que el día les pida
sea solo la prueba de que lo lograron.


Nadia quiere, para pinchar ampollas, una aguja.
y no quiere la ropa que le sobra en la maleta,
mientras que Yessi no quiere agujetas
y paso a paso en su mente dibuja
un parche de recuerdo a modo de juguete
que tendra que buscar y comprar con dinero,
el mismo que Paula busca con esmero
intentando deshacerse de sus juanetes.



Sara quiere a toda costa la Compostela
y aunque le sobra la sobrecarga de la rodilla.
prefiere andar, andar y no ir en camilla
a ver si como dice Rita les aparece a su vera
un Fisio que todos los días le de un masaje,
que pagará con lo que se ahorre en ropa,
y que les permita disfrutar del paisaje
siguiendo su andadura viento en popa,
de forma que todo les parezca idílico,
que lo puedan disfrutar como hermanas
y que no les pase lo que a las alemanas
que sucumbieron a un coma etílico.


Pese al cansancio y las adversidades
aunque fueran de índole muy superior
una y mil veces lo volverían a empezar
Incluso olvidando la ropa interior.


Y alguien recuerda, en la conversación diaria
cual guerrero blandiendo su mejor espada
que ha perdido su funda de almohada
y también de paso la tarjeta sanitaria.



¡No te preocupes!, no pasa nada
¡No te preocupes!, no pasa nada


Lo mejor de todo son nuestras vivencias,
vivir y disfrutar nuestras emociones,
tierra, sellos y buenas experiencias,
y saber manejar nuevas situaciones.



Y casi sin pensarlo y entre bromas y veras,
ya están a solo un paso de llegar a destino.
Con cansancio acumulado de sus batallas con el camino
pero con ilusión y entusiasmo por llegar a la meta.

Ganas de terminar y decir ¡lo logré!,
deseando contar todo aquello para mi tan nuevo
como aquella piedra rara con forma de pez
o aquellas otras que en mi mano me llevo.






Mientras, piensan en cosas que le vienen a la mente
pujando entre si  buscando una salida:
Dormir, la familia o de la mami ¡la comida!.
Ahora toca descansar, para el día siguiente.


¡Yujuuu! Dice Sara, mi calvario ha terminado.
Nadia está radiante, orgullosa de sí misma.
Paula dice ¡Por fin!, y ¡Aleluya! sentencia Rita,
y al final grita Yessi. ¡Ya estamos en Santiago!





Sentadas en el suelo observando la catedral
El silencio de sus pensamientos escapan de sus mentes,
se colocan a tu lado, los notas y los sientes.
No importa que estés cansada, te levanta la moral


¡Mira que es imponente! ¡que suerte tengo!
Su belleza es abrumadora, dicen todas juntas
Y mientras una está pensando por momentos en su abuelo,
La música en la Catedral les pone los pelos de puntas.


Alivio, orgullo y satisfacción es lo que sienten.
Mereció la pena el esfuerzo y a su meta han llegado,
y aunque ahora solo quieren pasar el día en Santiago,
alguna  ya está pensando en el reto siguiente.


Después de más de cien kilómetros de expectación
y muchas, muchas horas caminando a tu espalda,
ves que nadie te conoce, pero todo el mundo te habla
y por todos lados respiras alegría, sonrisa e ilusión.


Situaciones como esta son las que te hacen pensar
que cuando de tu cuerpo se trata, la experiencia es un grado,
aprendes idiomas, enfermería y sicología de buen agrado,
al final todo ello suma para para animarte a viajar.


Y a modo de glosario o resumen final
una lista han hecho de cosas que se llevan,
emociones y vivencias que en sus corazones se les quedan
y por las que seguramente, algún día volverán:


- El día más bonito, el primer día de caminata
- Una imagen para el recuerdo, de seguro La Catedral
- Los pájaros cantando y el verde natural
- Lo menos agradable, el olor a caca de vaca


- Los espaghettis que a todas el hambre saciaba
- La cosa más curiosa, la gente que es muy amable
- Lo mejor sin duda, el momento de la llegada
- Y como resumen de todo una palabra: Inolvidable.


Pueden sentirse orgullosas de tamaña experiencia
conociendo mundos, gentes y cosas en plural.
Y si lo más difícil fue lidiar con el cansancio general,
como bien dijeron al comienzo, lo más fácil: la convivencia.




Que se iban de vacaciones creyeron
con muchas cosas que encontrar por delante.
Pero descubrieron que lo más importante
es que a sí mismas se conocieron.


No les canso más, y con esto ya termino,
con agradecimiento por ser como son
y deseándoles de todo corazón
que siempre tengan “Buen Camino”.








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