No te lo pierdas

viernes, 23 de septiembre de 2011

IDEAS

Mil ideas hierven en mi cabeza. Todas se pelean por salir primera a la palestra. Piedras grandes y piedras pequeñas que pujan por su prioridad y por ganar la carrera de ser escogida.

Esa elección está condicionada. En el concurso de la vida, hay infinidad de jurados externos, subjetivos y objetivos que te restan libertad de acción.

No es lo que parece. Es lo que es. Las cosas son como son, no como uno quiere que sean. Puedes intentar incidir en ellas, ahí está la riqueza de no rendirse y de intentar moldear tu tiempo.

No me agobio con la elección. Ne desespero por querer hacer una cosa u otra.

Mi filosofía es muy simple. Si tiene solución, se busca. Si no tiene solución, una justa medida de rabia, y a por otra cosa. El tiempo es muy valioso para perderlo en lamentaciones que no te reportan nada, te ayudan menos y te desgastan innecesariamente. ¿Aprender para el futuro?, ¡siempre!.

Lo que hago en cada momento tiene que llenarme plenamente. Si no es así, la elección no ha sido buena: ¡una nueva enseñanza!.

A veces la elección es hacer Nada. Y si así es, ¿Por qué otros la cuestionan? Hacer nada es una parada, muy corta, lo justa para tomar respiro, para escudriñar el horizonte, para apreciar pequeñas cosas, o, simplemente, para remover la cabeza hirviendo.

No me gustan las prisas. Me gusta apreciar el detalle de las cosas, y las prisas te lo hacen ver borroso, movido. Ello no quiere decir que nunca vaya deprisa, solo que no me gusta.

Observo. Siempre observo. No quiere decir que sea detallista ni miniaturista. Quiero tener una correcta visión global, y por ello observo. El escenario de nuestra vida no es un metro cuadrado. Son muchos metros cuadrados, unos libres y otros ocupados, que interactúan, emiten y reciben flujos continuamente. Y no podemos evitar que de alguna manera nos toque, roce y afecte. Mejor conocerlos y predecirlos. Pero para ello primero hay que definir el alcance, cuál es el nuestro rango óptimo de observación. Ello depende de cada tema y de cada persona. Unas cosas las observamos con un alcance muy corto, otras con distancias medias, y otras con un rango muy largo. Normalmente eso depende de si pensamos que ese algo nos va a afectar y en cuánto tiempo.

 

Así y todo, muchas miserias me acompañan. Muchas medidas y valoraciones de terceros, razonadas o no, que pretenden marcarte y condicionarte tus decisiones, e incluso tu manera de ser. Mi regla: incluir esas miserias en la "olla hirviendo". Si son interesantes, pelearán por salir afuera, y si no lo son, se disolverán cual condimento. Para eso sí tengo solución. De vez en cuando, refrescar el caldo en el que guiso mis ideas: ¡agua fresca!

¡No saben lo bien que sienta "desconectar" de vez en cuando!¡aunque sean 5 minutos!

 

El que haga una cosa de una forma distinta a ti, no quiere decir por defecto que tú tengas razón y yo no. Simplemente las hacemos de manera diferente. La razón la delimita el que el producto final sea bueno o no, el que se haya hecho con las mismas expectativas y buscando el mismo fin dentro del mismo espacio temporal de tiempo (aquél en el que se puede hacer, no aquel en el que tú quieres que se haga).

 

Bueno, ya he removido el hervidero. Ahora, ¡a por lo siguiente…!

No hay comentarios:

Publicar un comentario