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jueves, 9 de agosto de 2018

¿Y si...?

Estar convencido de que se puede conseguir lo que anhelas, y ver que, con algo que realmente sientes y deseas de corazón, no encuentras cómo hacerlo.

En tu mano está dar el primer paso, pero te frena un puñado de años, te frena una distancia a meta que se antoja injusta, te frena ponerte en el peor lugar respecto de la otra persona y concluir que eres un camino paralelo que nunca con el suyo se va a cruzar.

Me siento extraño en una burbuja particular con forma de Enero, el mismo Enero de esa canción que me retumba en la mente y que no se marcha para volver, sino que solo se aleja, ese que se va disfrazado de oportunidad, ese que toma forma de esperanza, escondida en la incredulidad, o de un sueño que se antoja irreal, y que a cada momento se distancia más y más.

Me resisto y busco la formula para crear estaciones más cortas que hasta mi nuevamente te hagan llegar, aunque solo sea para mirarte y beber de esa sonrisa que no se puede olvidar.
Mi tiempo va más rápido, lo se. Se consume más deprisa, lo sé. Pero quisiera que en él pudieras estar.

No me canso de buscar cómo acelerar el poder compartir contigo mis ganas de llegar a esa caprichosa estación del destino que se esconde delante del final, y se asoma detrás de mis deseos de junto a ti poder andar.
¡Ay, ese doble filo de la imaginación! Te permite visionar sueños, que sientes, que palmas y en los que crees más y más. Y te genera angustia por no conseguir volverlo real. No se si será la diferencia de velocidad entre cómo quieres que sucedan los acontecimientos y cómo se construyen en la realidad, o sentirte pasajero equivocado en un tranvía de ambigüedad, o, simplemente, darte cuenta de que por más que lo veas y lo sientas, no tienes ninguna posibilidad.

Así y todo, tu sonrisa me da vida, tus ojos iluminan y tu vida será la mía, aunque no me permita a tu lado sentarme para algo más que no sea sentir de lejos tu presencia o compartir un cruce de miradas que se escabullen con la excusa de un saludo pasajero y cordial.

Bueno, quizás ese cruce de miradas podría forzar el regreso de un nuevo Enero, para no irse más.

¿Y si se hiciera realidad?.

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