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miércoles, 7 de julio de 2010

Ya no hay crisis...


Si. Ya no hay crisis.


España gana partidos de futbol en el mundial. Todo el mundo está contento, la crisis casi no está, se ha ido de vacaciones. Y mientras, los que aplauden y vitorean, muchos de ellos sí que no podrán irse de vacaciones, se engañan de esta crisis, la "dejan a un lado, de momento,".


Los que sí que no tienen crisis, entiéndase la manada de pares de pies que maltratan al balón, su cortejo, cortejantes y pegostes de interés, están ganando lo que nunca. No tiene lógica, ¿no?. O al menos yo no soy capaz de verla.


Ese es el arte de convertir el beneficio de unos pocos en bandera de batalla de muchos. Los muchos que dan todo para que unos pocos se llenen.


¿Realmente vale lo que vale 90 minutos de correrías detrás de un balón?. Estamos en un mundo loco donde se pagan cantidades astronómicas que no tienen lógica ni razón.


¿Se acuerdan de cuando se hablaba de la burbuja inmobiliaria? Ese cerdo engordado artificialmente donde el "aparentar" y el falso bienestar convertía un bien material en algo estratosférico, cuyo coste se multiplicaba n elevado a infinito veces hasta alcanzar su precio de venta? Pues algo parecido ocurre con esto. Pagar lo que se paga para que alguien corra detrás de un balón no tiene sentido. Y menos cuando el orden económico está haciendo agua (sucia). El problema no es que esos precios sean elevados. El problema es que haya quien los pague. Y no olvidemos que cualquier eurillo que llega a la cúspide de la pirámide de poder, ha nacido en los cimientos más bajos de dicha pirámide. Sinceramente, que se quiten de en medio las famosas cadenas de fortuna que han circulado por nuestra sociedad. La que tenemos delante es la mejor, y encima es legal.


Dios quiera que España llegue a la final, porque si no, la losa que va a caer sobre todos esos que se han gastado lo que no tenían en comprarse camisetas a 70€ de color rojo no la levanta ni Asterix y Obelix juntos. Y lo peor, que habrá dos crisis: la de siempre, y la de la derrota, que, en estos casos, siempre estará por encima, porque no solo es económica sino síquica y anímica.



Abadía decía que el problema de esta crisis es que no sabemos cuánta mierda hay circulando.


Creo que lo mejor será hacerse barrendero…


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