No te lo pierdas

jueves, 5 de septiembre de 2013

Payaso, ... hasta el final.


Decimos "Payaso", e inmediatamente nos viene a la mente alegría, risas, diversión.

Pero el ser Payaso, incluso cuando a veces su término se equipara a algo despectivo, no tiene que ir aparejado a una vestimenta de elementos desproporcionados y de colores chillones y contrapuestos. Es una actitud casi más que una predisposición. Podemos ser payasos de nuestra vida, de nuestro entorno, de nuestro propio carácter. Todo depende de la forma en que se afronte cada uno de esos aspectos.

Lo difícil no es ser Payaso en sí. Lo difícil es serlo cuando todo está en tu contra. Cuando con lágrimas interiores sigues esforzándote porque los que te rodean capten un atisbo de esperanza o alegría que les ayude a olvidar por un momento cualquier colección de desventuras que puedan estar amenazándoles.

Y es que, al final, un Payaso también es persona. También está sujeto, aunque no hayamos caído en la cuenta, a las bofetadas de la vida, situaciones adversas, amigos traicioneros, etc., Pero le distingue su predisposición y su fuerza de voluntad. Esa que nos hace reir o tender una mano silenciosa cuando más la necesitamos aunque por dentro esté ahogado en lágrimas o impotencia.

A veces, siendo Payaso, te ves completamente hundido porque ves que tus esfuerzos por alegrar o ayudar a alguien no dan fruto. No consigues hacerle llegar tu mensaje. Lo más injusto, por no decir denigrante incluso, es cuando, siendo Payaso, brindas tu sonrisa y alegría a otra persona, porque sabes que la necesita, y lo que recibes es burla, sorna, hasta desprecio en muchas formas.

Un Payaso, fiel a su misión de alegrar y tener una sonrisa disponible siempre, ¿tiene que "ceder" a su propio interés, en beneficio de aquél a quien tiende la mano?. Ya lo dije antes. Es una cuestión de actitud y predisposición. Y, desgraciadamente para los Payasos, la mayor parte de las veces así es. Se termina cediendo o mirando a otro lado para aguantar la rabia y no aflorar sus sentimientos que podrían, en según qué condiciones, agravar aquello que él mismo está intentando apaciguar, aquello para lo que siempre tiene una sonrisa disponible.

Hay una canción que cantaba Raphael, titulada "Payaso", que en su letra exponía de una forma especial esa incomprensión o frustración que alguien, en su rol de Payaso puede llegar a sentir, ya sea por incomprendido o por tener que aguantar con una sonrisa en la cara cualquier batalla interior que en un determinado momento puedas estar librando, o incluso perdiendo.

No has echo caso de mi amor,

tan solo risa te causo,

te ha divertido mi fracaso

y te has burlado de mi corazón.


Me he sentido como un pobre payaso

que no sabe sin ti que hacer,

y hace reir

mientras que él llora por ti.

 

Todo el amor que te juré,

las mil caricias que soñé,

todo el calor que hubo en mis brazos

no te han podido el alma conmover.

 

Es la exposición de que, a veces, solo nos fijamos en el envoltorio y no en lo que realmente hay detrás, en lo que realmente da sentido al envoltorio.

Esas tres estrofas al final vienen a decirnos que:

a)    Aunque brindemos sonrisas, no siempre nos las van a agradecer. Podemos encontrarnos con mucha incomprensión en mil formas.

b)    Al final cedemos, si el hacerlo hace que consigamos alegrar, animar a alguien. Alegría que fabricamos con nuestro propio dolor o impotencia interior. ¡Qué triste e injusto es!.

c)    No siempre conseguimos lo que buscamos. Para un payaso el no provocar la risa es lo peor que hay. El no conseguir alegrar a otro es lo peor que hay.

 

Risas y alegría son dos términos que a veces se disfrazan de muy diversas formas. A veces incluso de lágrimas y tristeza.

 

Pero al final, el payaso vuelve a salir a la pista, se rearma de nueva energía, aunque sea alimentada con sus propias lágrimas y sufrimiento, y seguirá intentando alegrar a su entorno.

 

Confío en que, algún día, su entorno le corresponda, y las risas y alegrías sean mutuas. La canción seguro que sonaría mucho mejor.

 

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario